Del “ Rayo de la muerte de Arquímedes” dicen que es un mito popular, que Arquímedes fabuló quemar naves de guerra enemigas, a larga distancia, mediante el uso de espejos ustorios que concentraran los rayos solares aprovechándolos para usos destructivos. Una fábula que intentaron reproducir, diríase que sin éxito constatable, grandes mentes como Nicola Tesla y perversas mentes como las alemanas del periodo Nazi. Todo correcto. En mi día a día de almuerzos listos a las ocho de la mañana en las mochilas de los niños, el Rayo de la muerte de Arquímedes , salvo que tenga sabor a fuet, no tiene cabida. Aunque vaya, yo también sea matemática. Aunque vaya, según dices, sea una matemática de medio pelo y esté “gozando” de una excedencia para el cuidado de mis hijos desde hace cuatro hijos. Espera que aún recuerdo cómo se multiplica: cuatro hijos por tres años que vienen a llevarse de promedio en su orden descendente… gozando doce años, dice. Y me encanta la doctrina popular: Es el derech...
Creo que los cajones de sastre son hermosos; en ellos, en una mezcla caótica, convive lo importante con lo nimio. Mi cajón, hace tiempo, se quedó pequeño.